San Martín amaneció ayer de luto. Mientras los lugareños observaban, consternados, cómo sus viviendas habían quedado reducidas a escombros, cinco familias lloraban a sus muertos. El terremoto de siete grados en la escala de Richter, ocurrido la noche del domingo, dejó 2,000 damnificados, 400 viviendas destruidas y 56 heridos de consideración. Algunos de ellos fueron trasladados a Lima debido a la gravedad de sus lesiones.La provincia de Lamas, un pueblo tranquilo y turístico, fue la más afectada. Hasta allí llegaron diversas autoridades, encabezadas por el presidente de la República, Alejandro Toledo. Se escucharon varias promesas, mientras decenas lloraban y exigían que no se les olvide. "Ofrecen muchas cosas y luego ya no regresan", decían.Según los reportes del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), cerca del 70% de las casas de la ciudad está destruido. Se calcula que serían más de 200 las construcciones afectadas, entre inmuebles, iglesias, colegios y edificios privados.