La aplicación de un impuesto a las sobreganancias mineras, propuesta por ambos candidatos presidenciales, resultaría sumamente perjudicial para el sector, debido que incrementaría aún más la presión tributaría, la cual ya alcanza el 40% del PBI minero, así lo alertó el economista Carlos Adrianzén."Los candidatos no saben que la recaudación minera supera los US$ 3,000 millones y por consiguiente no tienen noción que la presión tributaria es 40% del PBI minero, lo cual es casi destructivo", afirmó.Explicó que la aplicación de dicho impuesto generaría una mayor recaudación en un corto plazo, pero ahuyentaría de manera peligrosa las inversiones en los próximos años. "Sobre todo se reduciría la inversión en las zonas mineras. Poca gente sabe que el 70% de las utilidades mineras en los últimos tres años se han invertido en el Perú", reforzó.Aseveró que "sería un pecado" exigirles a las mineras un impuesto mayor cuando los precios de los insumos metálicos en el mercado internacional se elevan."Eso es gobernar en función de la plata fácil. Lo recomendable en esa situación es asegurar que el volumen de inversiones mineras mantenga un ritmo creciente en el tiempo, y eso se consigue ordenando el sistema tributario para bien del sector", anotó.