Una buena noticia: como resultado de la estabilidad política, jurídica y macroeconómica y de las políticas de apertura comercial aplicadas en los últimos lustros se ha creado un ambiente propicio para empresas y nuevos negocios, que ha sido reconocido por el Banco Mundial, las entidades clasificadoras de riesgo y hace dos días por el Latin Business Index de Estados Unidos. El Perú, concluye esta última evaluación, tiene el segundo mejor ambiente para los negocios entre 18 países de la región.¿Qué significa esto? Pues que tal contexto favorable ha permitido desarrollar actividades empresariales en las más diversas áreas: comercial, industrial, minera, energética, etc. El reto ahora es mantener este clima y mejorarlo.Dichas inversiones han generado cientos de miles de puestos de trabajo formales y una mayor recaudación tributaria, lo que ha impulsado el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. Es más, las importaciones de materias primas e intermedias y bienes de capital (maquinaria) alcanzaron un récord histórico en abril, lo que significa que el aparato productivo nacional está en pleno crecimiento.Sin embargo, existe gran preocupación tanto en el Perú como en el extranjero por la posibilidad de que este entorno favorable pueda verse afectado por la compleja situación electoral. Corresponde a las autoridades y a los candidatos a la presidencia enviar señales claras y firmes de que el Perú seguirá teniendo reglas claras y un buen clima para negocios, objetivo que debe trascender a los gobiernos y ser considerado como una política permanente de Estado.