A REFORZAR LA INSTITUCIONALIDAD DE LA REGAULACIÓN
2 de mayo de 2011

La legislación peruana está colmada de organismos reguladores, pero, salvo muy pocas excepciones, su presencia en el mercado todavía no se hace notar con la contundencia que establecen las normas que los crearon. La causa, nos atrevemos a afirmar, ha sido la falta de respaldo y compromiso de parte del Gobierno, lo cual se ha traducido en deficiencias operativas y en cuestionamientos a su independencia y transparencia -atributos que son los pilares de la institucionalidad del sistema regulador.Muchos de estos organismos han pasado los últimos cinco años con sus directorios incompletos y, cuando se ha intentado llenar esos vacíos, los nombramientos han sido rotundamente controversiales. El Gobierno no ha encontrado la fórmula para evitar los conflictos de intereses -un defecto que se extiende a algunos ministerios-, ni tampoco ha sido capaz de convocar a profesionales que posean la experiencia y la competencia que el cargo de director de un organismo regulador exige.Incluso instituciones que destacan por el profesionalismo de sus cuadros técnicos, como el Banco Central de Reserva, merecen un directorio que esté conformado en su totalidad por especialistas en política monetaria. Por cierto, el instituto emisor haría bien en hacer públicas las minutas de las reuniones de sus directorios, una práctica que debería ser obligatoria para todos los organismos que supervisan el funcionamiento del mercado. Por ello, un tema prioritario en la agenda del próximo gobierno -tanto del poder Ejecutivo como del Legislativo- tendrá que ser el refuerzo de la institucionalidad de la regulación. En primer lugar, es preciso que se elimine la coincidencia del periodo de funciones de los directorios de estos organismos con el periodo presidencial y congresal, ya que es la manera más efectiva para asegurar su independencia.Asimismo, la idoneidad y la independencia de los directorios -con miembros especializados en el sector regulado- tienen que ser una obligación establecida por ley. Es preciso que los políticos entiendan que estas instituciones necesitan un refuerzo en su blindaje orgánico y estructural, pues el funcionamiento eficaz del sistema regulador es una de las mejores defensas que puede otorgarse al modelo económico.

  • [Gestión,Pág. 30]
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