EL PROYECTO MARAÑÓN Y EL FUTURO DEL PERÚ
28 de abril de 2011

El futuro del Perú como país emergente, con factibles aspiraciones a convertirse en una potencia del Primer Mundo tiene que ir necesariamente de la mano del desarrollo energético, con clara preferencia hacia las fuentes limpias y renovables. Nuestro país, afortunadamente, está privilegiado por la naturaleza, tanto en fuentes energéticas fósiles como petróleo y gas natural, cuanto en fuentes renovables, como la solar, eólica e hídrica. Su potencial hidroeléctrico es enorme, aun cuando se ha perdido mucho tiempo en ser aprovechado, pero ya ha inspirado la construcción de plantas que en su momento fueron consideradas verdaderos portentos de la ingeniería, tales son la Central del Cañón del Pato y la del Mantaro. Aquí, la Cordillera de los Andes cumple un rol fundamental que beneficia a todos los pisos ecológicos de nuestro territorio que comprende la Costa y la Selva. En las cuencas orientales que bajan desde los Andes hacia la llanura amazónica, especialmente en la que corresponde el gran río Marañón, existen poderosas caídas de agua que siempre han sido vistas por los exploradores, primero, y después por los ingenieros especialistas como enclaves apropiados para la construcción de grandes plantas hidroeléctricas. El potencial de esta zona es de tal magnitud que puede convertir al Perú no solamente en un país autosuficiente, sino exportador de energía eléctrica limpia. Así lo ha confirmado un reciente estudio ruso-japonés realizado con el auspicio del actual Gobierno, que demuestra la factibilidad de construir hasta veinte centrales hidroeléctricas, que producirán 12,400 megavatios, equivalente a la energía que producirían quince plantas del Mantaro. De allí la importancia del decreto supremo firmado el miércoles pasado por el presidente de la República, Alan García Pérez, que declara de interés nacional y social la ejecución del Proyecto Marañón. En una reunión multisectorial, a la que asistieron ministros de Estado y funcionarios de Proinversión y Ceplan, el Jefe del Estado dijo que este megaproyecto puede ser realizado, por etapas, durante los próximos quince años, con la finalidad de satisfacer la creciente demanda de energía que se producirá como consecuencia de los grandes saltos que tiene que dar el desarrollo del país en el mediano y largo plazos. Durante la gestión del actual Gobierno se ha aumentado la generación de energía en 35 por ciento, aprovechando el gas natural, centrales térmicas e hidroeléctricas. Se dejan obras financiadas y en marcha por 2 mil 565 millones de dólares para producir 1,600 megavatios más, lo que servirá de soporte para seguir creciendo en los próximos cinco años. Pero, como bien lo ha señalado el presidente Alan García, en los próximos años el crecimiento suscitará una demanda de energía cada día mayor, por lo que el Proyecto Marañón es una de las respuestas a un futuro altamente competitivo. Respondamos a ese reto.