No hay debate sobre la agenda de energía. Falta gas para las nuevas térmicas y la industria, por insuficiente capacidad de transporte. Pero hay buenas señales o rectificaciones, como la licitación de hidroeléctricas, con un resultado positivo y el anuncio de convocar a una nueva licitación para renovables alternativas (vientos, biomasa, geotermia, energía solar).La garantía del éxito de estos procesos es respetar las reglas de juego, con precios topes realistas, de acuerdo al nuevo marco legal y las condiciones de mercado.De otro lado, los retrasos en las líneas de transmisión al norte y sur del país y la falta de previsión provocan racionamiento, afectan el desarrollo de importantes proyectos mineros. Racionamiento que se presenta hasta en ciudades como Iquitos.Se necesita dar solución a la renegociación de Camisea, donde, sin caer en extremismos, se puede negociar reducir la cuota de exportación hasta que haya infraestructura suficiente que satisfaga al mercado interno. El lote 88 debe servir para darle competitividad y oportunidades a las ciudades del interior, pero con un uso eficiente del recurso, en transporte e industria. El gas natural licuefactado puede llegar relativamente rápido a las principales ciudades, por medio de cisternas especiales. También se debe restablecer el Decreto Legislativo 1041, postergado por un decreto de urgencia; hay que dejar de remunerar por potencia -que es el 25% de la tarifa- el uso ineficiente del gas, desincentivando el uso del gas en ciclo simple, donde perdemos el 60% del poder calórico del recurso.Estamos con un subsidio de 80 a 100 millones de soles semanales en los combustibles, esto no es sostenible.El Perú debe hacer uso eficiente de sus recursos para sostener lo logrado, hay que hacer planeamiento estratégico de la diversificación de nuestra matriz, señala Pedro Gamio, ex viceministro de Energía y director para Latinoamérica de Global Village Energy Partnership