El economista Óscar Ugarteche, escribe. El pico de la energía fósil fue el año 2006, según la Agencia de Energía Atómica Internacional. El año 2013, según Lloyds de Londres, será uno de dificultades energéticas mundiales porque la capacidad de refinación de los petróleos pesados no estará lista, mientras que la demanda energética continuará al alza como resultado de las altas tasas de crecimiento de las economías emergentes. Esto tendrá dos efectos: el primero será subir el precio del petróleo de forma sustantiva; y el segundo será inducir a la producción de más y nuevas fuentes energéticas en el mundo, alejadas del petróleo. Esto empujará sobre todo la producción de etanol, que es renovable y que si se basa en caña de azúcar, puede ayudar a resolver el problema. El otro lado es el uso que se hace para producir etanol de agua y de fertilizantes basados en el petróleo, lo que, para algunos analistas, se convierte en mecanismos de transmisión del alza de precios, aunque en menor grado que la inflación que generan el trigo y el maíz. Los sustitutos perfectos, como se sabe, se nivelan en precios al final con lo que el precio de la energía no bajará aunque la producción mundial de etanol crezca significativamente.Además, el alza del precio del petróleo se ve reflejada en el alza del precio del trigo y del maíz en el mercado internacional, lo que afecta la inflación mundial. Lo segundo es el impacto sobre el costo de transporte. Esto obligara a fortalecer los espacios regionales de comercio.Para la producción alimentaria mundial, esto es una mala noticia en un momento en que hay auge en el comercio de larga distancia. La buena noticia será que las regiones económicas se beneficiarán de un aumento de oferta alimenticia. Es un momento importante para pensar las políticas de integración regional y energética y guardar pan para mayo. En términos de políticas regionales de integración, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean por sus siglas en inglés) ha instalado un centro de observación de política económica en Singapur para intentar mantener la estabilidad cambiaria intrarregional, De su lado, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ha creado un consejo de cooperación macroeconómica con la misma finalidad. El Perú es el único país que no ha firmado su participación en el mismo.