El director de Perú.21 Fritz Du Bois, escribe. En la campaña electoral norteamericana del año 92 -la cual se inició con Bush padre como favorito, luego del colapso del muro de Berlín y el éxito en la guerra del Golfo- su rival Bill Clinton se enfocó únicamente en la situación de la economía estadounidense. Para ello acuñó la frase -"es la economía, estúpido"- que convirtió en su lema de campaña para llamar la atención del electorado acerca de la grave recesión que estaban sufriendo los norteamericanos. Al final, la frase le dio muy buenos resultados, ya que fue elegido mandatario.En nuestro caso, ocurre exactamente lo contrario, puesto que estamos viviendo en el mejor ciclo económico de los últimos cincuenta años. Sin embargo, nos encontramos en una elección en la cual el candidato que está liderando propone un cambio dramático y está en contra del libre mercado. En esas circunstancias, deberíamos usar la frase de Clinton, no para llamar la atención del electorado sobre una recesión, sino para recordarle sobre el período de bonanza que estamos disfrutando y el enorme riesgo de interrumpirlo si es que se elige al candidato bolivariano.Para empezar, el crecimiento de este año, estimado inicialmente en 7.5%, perderá no menos de un punto solo por la paralización de inversiones en el segundo trimestre debido a la situación electoral. Peor aún, si la votación de la segunda vuelta es a favor del antisistema, entonces tendremos que revisar mucho más a la baja las proyecciones, puesto que innumerables inversiones quedarán definitivamente de lado. Por otra parte, situaciones extremas de mercado como la caída de 12% en la Bolsa de Lima en solo tres días -que a quienes más afecta es a las futuras pensiones de millones de trabajadores- si es que no son amortiguadas, pueden llevar a una caída libre de la cual no es fácil remontarse. Por ello, es importante que se sigan tomando medidas para hacer nuestra economía más competitiva -reducción de aranceles, control del gasto público- y así darle tranquilidad a los mercados, en el sentido de que se continúa implementando un programa económico que está dando muy buenos resultados. Además, sería fundamental que el Congreso también contribuya a tranquilizar, aprobando normas o candados como las sanciones por incumplimiento de la ley fiscal que reducirían la futura posibilidad de que se lleve a cabo una farra fiscal con todas las graves consecuencias de inestabilidad que ello traería.