"La explicación de esta rotura es una combinación de diferentes factores; puede ser deslizamiento de tierras o algo en el material de la construcción. No es normal que esto ocurra, pero tampoco es nada anormal. No hay un solo gasoducto en el mundo que no haya sufrido averías", señala el gerente de Transportadora de Gas del Perú (TGP), Alejandro Segret.La primera rotura se produjo en la selva, en el kilómetro 8. La segunda, en el kilómetro 200, no fue una fractura sino un poro que, por un orificio muy pequeño, filtró tres manchas de un metro de diámetro en la tierra, y la empresa determinó parar el bombeo de gas. Fue en la ceja de selva. Esta tercera ha sido en la sierra, y se tendrá que investigar qué pasó, lo que demorará un mes." Lo que hemos hecho es atacar la zona con acciones de remediación ambiental y contactar con las comunidades, para subsanar cualquier inconveniente provocado", explicó.