La minería es la actividad económica en la que casi todos los candidatos han puesto su puntería, ya sea planteando subir impuestos, criticando su impacto ambiental o señalando que es insuficiente el aporte que dan a las comunidades que rodean a los yacimientos mineros.Pocos han hecho un balance equilibrado de lo que significa la actividad en términos de divisas, pago de impuestos y desarrollo del país.Indudablemente, más de una empresa del sector no ha sabido llevar eficientemente su relación con las comunidades, otras han reaccionado tardíamente ante los problemas (como es el caso de Tía María) y algunas no han tenido una adecuada política salarial. Todo esto ha conllevado a que en los reportes de la Defensoría, sea la actividad con más conflictos sociales.Sin embargo, también es justo decir que hay empresas que han hecho esfuerzos exitosos por revertir la anterior situación. Por eso es momento que las compañías mineras se sienten a dialogar con los gobiernos regionales para buscar salidas eficientes a los problemas. El país y la competencia de otros países así lo exigen, ese es el reto, señala Julio Lira, director del diario Gestión.
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