El término burbuja inmobiliaria se puso trágicamente de moda a mediados del 2008 cuando la crisis ‘subprime’ en Estados Unidos ocasionó un terremoto financiero en el mundo, cuyas réplicas aún causan estragos en economías como Grecia, Portugal, Irlanda y España. El disparo de los precios motivado por una demanda artificial, vale decir, el interés de los agentes económicos de comprar inmuebles financiándose con créditos bancarios, para venderlos a un mejor precio en el futuro, y la posterior caída de los precios cuando no hubo quien los compre, fue el guion del drama que hasta hoy viven estas economías.Con los precios de las viviendas en el país en intensa escalada durante los últimos cuatro años, ¿se puede hablar de una burbuja inmobiliaria en el Perú?"En un país con una demanda insatisfecha por 1,2 millones de viviendas no se puede hablar de burbuja. Los precios suben pero no porque haya agentes especulando con el valor de las viviendas, sino porque la demanda absorbe las alzas, apoyada por una mayor disposición de los bancos a otorgar créditos hipotecarios", señala Humberto Martínez, gerente general de la inmobiliaria Marcan y presidente del Comité de Edificaciones de Capeco.