El anuncio de los gobiernos del Perú, Ecuador, Colombia y Chile sobre la creación de un corredor que permita la compra y venta de energía es un ejemplo concreto de la voluntad política de nuestros gobiernos en el avance de la integración regional.Lejos de los pomposos discursos, los gobiernos mencionados han venido trabajando en forma silenciosa para lograr el acuerdo que va a servir para impulsar la construcción de la infraestructura necesaria para interconectar las fuentes de energía eléctrica.Como sabemos, por sus condiciones geográficas, el Perú es un país privilegiado. El actual gobierno del presidente Alan García realiza grandes esfuerzos para democratizar la electricidad entre todos los peruanos, por lo que es uno de los pilares de nuestro impulso económico. Se calcula que en 2006 72 peruanos de cada 100 tenían acceso a la luz eléctrica. Para mediados de este año, dicha cifra será 92 de cada 100.Ya en 2009, el Perú decidió vender el excedente de su energía eléctrica cuando nuestro hermano país de Ecuador sufría apagones constantes. Fue el mismo presidente Rafael Correa quien hizo el pedido a su homólogo peruano. Y hace dos semanas, el gobernante chileno, Sebastián Piñera, hizo un dramático llamado para racionalizar el uso de la energía eléctrica y manifestó que no deseaba llegar a programar futuros cortes del fluido. El fantasma de los apagones programados ronda al país sureño debido a los problemas de severas sequías, que inclusive ha impulsado a algunas de sus empresas a trasladarse al Perú.¿Por qué beneficiará a nuestro país? La primera razón es la más elemental. El Perú tendrá una nueva fuente de ingresos por la exportación de sus excedentes en energía eléctrica. Debido a la construcción de nuevas hidroeléctricas en los últimos años, que suman 746 megavatios, no existe peligro de que la demanda de nuestros vecinos supere la oferta. Los países, en forma soberana, podrán decidir voluntariamente cuándo y por cuánto realizarán estas transacciones.En segundo lugar, también es beneficioso porque la integración energética dará un impulso a la construcción de nuestra infraestructura en el país. No solo se impulsará las vías para realizar las transacciones del fluido eléctrico, sino que también se promoverá la inversión de obras complementarias. De esta manera, el Perú será más atractivo para las inversiones extranjeras.(Edición sábado). Por último, sin dejar de ser importante, el acuerdo servirá de ejemplo piloto de integración energética para otros países sudamericanos. Nuestras naciones se tienden la mano para ayudarse mutuamente y, de la misma forma, es un acuerdo que se complementa con la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA) ya en curso. De esta manera, el Perú, uno de los principales impulsores de este acuerdo, reafirma su vocación integracionista como una forma de insertarse en este competitivo mundo globalizado. El Perú, uno de los principales impulsores de este acuerdo, reafirma, de esta manera, su vocación integracionista como una forma de insertarse en este competitivo mundo globalizado.