Diversas entidades del Estado han estado corrigiendo decisiones tomadas con falta de criterio y que comprensiblemente recibieron duras críticas. El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ya no exigirá a las encuestadoras información detallada de las personas que responden a los sondeos, en tanto que el Ejecutivo sí tendrá que exigir a las empresas que se adjudiquen proyectos priorizados la presentación de estudios de impacto ambiental (EIA) antes de que inicien la ejecución de la inversión. Consideramos que en el segundo caso, el Consejo de Ministros confundió las prioridades con las urgencias, comprometiendo la calidad en materia medioambiental de los proyectos a cambio de una supuesta rapidez para su puesta en marcha. La polémica no se hizo esperar y pese a que los integrantes del Gabinete hicieron una cerrada defensa del Decreto de Urgencia 001, la falta de argumentos sólidos y el gran número de opiniones en contra -que sí tenían sustento- provocó la modificación de la norma.Entre los defensores del decreto llamó la atención la postura del ministro del Ambiente, Antonio Brack, quien dejó de lado su reconocida "buena onda" y la reemplazó por una cuestionable vehemencia que incluso le hizo perder la compostura en una entrevista televisiva. Si la norma estaba clara y no eliminaba los EIA, ¿por qué se hicieron los cambios? Nadie podría poner en duda el compromiso del ministro Brack, prueba de ello es la reciente destrucción de las dragas en los ríos de Madre de Dios que dispuso su portafolio, pero mostrarse intolerante ante las críticas no contribuye con su bien ganada imagen.Si el Ejecutivo está buscando agilizar las concesiones de los proyectos priorizados -que ahora suman 33- debe tener en cuenta que la solución va más allá de la simplificación de los trámites y que los requerimientos medioambientales son una pieza fundamental para asegurarse obras de infraestructura modernas. El principal motivo de la lentitud con que se llevan a cabo las concesiones es el diseño de los procesos y un claro ejemplo es el muelle norte del Callao, que permanece entrampado, y las constantes postergaciones que están sufriendo otros proyectos. Esa es la urgencia que hay que remediar con prontitud.