NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO
18 de febrero de 2011

Dios es peruano, al menos en la última década. Si no fuera por los altos precios de los minerales, la economía peruana estaría en problemas debido a que gran parte de los ingresos fiscales proviene de este sector. Sin embargo, Dios puede dejar fácilmente la camiseta blanquirrroja, como a finales del 2008 y parte del 2009, y dejarnos caer en seco. Tal como lo advirtió Fernando Cillóniz, la producción minera se ha estancando en los últimos tres años producto de una serie de barreras burocráticas y la presión de sectores políticos disfrazados de curas, ONGs y frentes de defensa, que prefieren que la minería informal contamine y la pobreza reine en el mundo rural, con tal de impedir que la minería social y ambientalmente responsable se desarrolle.Sin embargo, pese a ello y debido a que el boom de los buenos precios de los metales puede durar ciertos años más, resulta importante que el nuevo gobierno que se instale en Palacio de Gobierno el 28 de julio así como los presidentes regionales y gobiernos locales que recién se vienen acomodando en sus puestos, prioricen los proyectos y el Perú empiece a producir más. Ello no sólo generará más recursos para todos para así financiar infraestructura y servicios básicos, sino que dinamizará los cluster y las cadenas de valor que la minería viene generando hacia adentro. Para quienes no lo saben, el Perú viene exportando maquinaria, insumos y servicios de alta performance y eso es capitalizar nuestro recurso humano. No maten a la gallina de los huevos de oro.