Aunque ya parece lejana, los nubarrones de la crisis financiera que se desató en el segundo semestre del 2008 aún son visibles en el horizonte de la industria acerera mundial. El descalabro sufrido en aquella oportunidad, que incluyó la paralización de plantas y pérdidas multimillonarias, ha dado cabida a que la prudencia se imponga en un mercado que late al ritmo que impone China, pues la potencia emergente consume el 40% del hierro (insumo básico para la industria siderúrgica) y produce el 50% del acero disponible en el mundo.Pese a que su economía se expandió más de 10% el año pasado, el gigante asiático está en proceso de frenar su crecimiento y con ello, las previsiones para el mercado mundial del acero también se morigeran. Los problemas fiscales en Europa y la lenta en el 2009 reactivación de Estados Unidos no ayudan.Todo esto nos incumbe porque el mercado nacional del acero no se puede abstraer al escenario global, pese a que el consumo aparente peruano creció por encima del promedio de Latinoamérica: 23% frente a 18,8%, según el Instituto Latinoamericano del Fierro y el Acero (Ilafa).En cristiano, ello significa que si bien el Perú marcó un récord en el consumo de acero durante el 2010, no todo es color de rosa para las siderúrgicas nacionales, Síder-Perú y Aceros Arequipa, pues sus respectivos planes de expansión e inversión también dependen del contexto internacional.