EL DERECHO A HUELGA NO PUEDE PISOTEAR DERECHOS CIUDADANOS
15 de septiembre de 2005

La huelga de las enfermeras está tomando carices preocupantes, al optar por abandonar los centros hospitalarios. Esta es una medida muy radical y peligrosa, pues perjudica a cientos de miles de ciudadanos necesitados de atención médica, que resultan siendo los más perjudicados. El derecho a la huelga es legítimo y constitucional, siempre y cuando no colisione con otros derechos fundamentales, como el libre tránsito, la propiedad, la integridad y la propia vida. Eso es lo que deben recordar las dirigentes de las enfermeras (y otros gremios) para dejar de lado actitudes violentas y temerarias, que sospechosamente no tomaron durante el fujimorato. Se impone el retorno a la cordura para hallar salidas realistas. Las enfermeras, que según el Minsa reciben en promedio dos mil soles, piden aumentos, incluir la bonificación en el sueldo básico y nombramientos. Otros sectores exigen reivindicaciones similares. La solución no es el chantaje ni la violencia, sino dialogar conociendo la precariedad de la caja fiscal y las urgencias presupuestales. Si hay que hacer un esfuerzo para remunerar mejor, este debe partir del análisis de estos factores y del ajuste y ordenamiento de todo el aparato estatal. El reclamo de las enfermeras tiene el apoyo ciudadano. Si quieren mantenerlo deben dejar la actitud de abandonar hospitales y poner en peligro a sus pacientes.