MÁS EMPLEO, ¿PERO SIN REFORMA LABORAL?
24 de enero de 2011

En 1980 el arquitecto Fernando Belaunde Terry puso como una de sus promesas claves de campaña la creación de un millón de empleos, ofrecimiento que por cierto le ayudó a ganar las elecciones presidenciales de ese año.Desde entonces se escucha cada cinco años ofrecimientos de generación de puestos de trabajo y los comicios presidenciales de abril próximo no son la excepción. Todos los candidatos han ofrecido una lluvia de puestos de trabajo, a la cual le han agregado el compromiso de elevar el salario mínimo vital. Pero ninguno de ellos ha explicado cómo van a crear los empleos y sobre todo qué tan formales van a resultar estos.Y es que los candidatos y sus jefes de plan de gobierno rehúyen abordar temas que sí tienen que ver con el futuro de los votantes, como es la sostenibilidad del empleo. Por ejemplo la semana pasada un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que en el 2010 en el Perú el empleo informal aumentó más que el formal. Recordemos además que en el último Doing Business, el Perú subió en el ranking mundial de competitividad, en parte porque se excluyó el tema del empleo en la medición. Por eso resulta importante saber qué piensan los candidatos que aspiran a ocupar el sillón de Pizarro en los próximos cinco años sobre el tema laboral.Para quitar cuerpo, recurren al Consejo Nacional del Trabajo, entidad que se usa como tabla de salvación para encontrar consenso entre trabajadores y empleadores, pero que en la práctica no funciona, pues las coincidencias en los temas centrales de la legislación laboral no se dan, y por eso la sempiterna Ley del Trabajo permanece como proyecto por debatir en el Congreso desde el gobierno de Toledo.En una campaña en donde no predomina suficientemente la transparencia, como lo ha demostrado la declaración de ingresos que debían presentar todos los candidatos presidenciales, más allá de una obligación como parte de una actitud ética, es lógico suponer que el debate de políticas y medidas económicas concretas estarán ausentes, si es que no se exige a las agrupaciones políticas mostrar el detalle de sus propuestas, en este caso las referidas a la creación de empleos.La legislación laboral peruana, como ya se ha discutido tantas veces, tiene una serie de rigideces que dificultan la contratación formal de los trabajadores. Asimismo existe la idea de asociar el aumento de los salarios tan solo al costo de la canasta familiar en vez de que esté vinculado principalmente al incremento de la productividad. Los economistas que han elaborado los diversos planes de gobierno de las principales agrupaciones que compiten conocen de estos problemas, pero al parecer prefieren mostrar el lado amable de las propuestas en lo que se refiere al empleo y salario. Corresponde a los medios de comunicación y estamentos de la sociedad civil demandar el debate, pero principalmente a la responsabilidad de los votantes exigir mayores explicaciones a sus candidatos, señala Julio Lira, Director de Gestión.

  • [Gestión,Pág. 30]
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