NO MÁS ABUSOS JUDICIALES CON MEDIDAS CAUTELARES Y AMPAROS
17 de enero de 2011

El nuevo presidente del Poder Judicial, César San Martín, ha anunciado que, en breve, se implementarán varios ‘candados’ para evitar que jueces corruptos sigan abusando impunemente de las medidas cautelares y las acciones de amparo, con total desprecio por el orden constitucional y la normatividad vigente, afectando especialmente las inversiones y el sistema económico. Saludamos esta voluntad de cambio, pero debemos recordar que en los últimos años se prometieron iniciativas similares que fueron incumplidas escandalosamente, usando como escudo y pretexto la autonomía jurisdiccional, de la que hacen tan arbitrario y prevaricador uso algunos magistrados. Por lo mismo, aparte de dar directivas precisas, como se anuncia, y que podrían ser desoídas por malos jueces, tiene que fomentarse cambios formales en los códigos normativos que incluyan sanciones y destitución de los jueces que tuercen de modo tan vil instrumentos creados para garantizar derechos fundamentales.Ejemplos de estas inconductas delictivas hay por doquier: no solo discotecas que funcionan irregularmente con acciones de amparo, tras ser clausuradas, sino también proyectos de enorme envergadura y trascendencia como Majes-Siguas II, paralizados por controvertidas intervenciones judiciales, que ponen en entredicho incluso la facultad de gobernar del Ejecutivo. Además, centenares de naves pesqueras operan con licencias de pesca irregulares, gracias a medidas cautelares acogidas por jueces venales, principalmente de Sechura (Piura) y del Callao, que contravienen el sistema legal establecido por el sector Producción.Como puede verse, el tema es grave y delicado, y constituye una prueba de fuego para las nuevas autoridades judiciales, también las de la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA), que deben actuar de modo permanente y dinámico para detectar, denunciar y castigar con la destitución a los jueces prevaricadores que han hecho del abuso de las acciones de amparo y las medidas cautelares un pingüe y despreciable negocio. No puede haber lugar para la corrupción judicial.