La generación de empleo no solamente mejora la calidad de vida de la población de un país, sino que fortalece la democracia y el clima de estabilidad que se necesita para ensanchar la senda virtuosa del desarrollo con justicia social, con más inversión y más producción. En tal sentido, constituye una magnífica noticia de fin de año el balance formulado por el presidente de la República, Alan García Pérez, quien consideró que en los últimos cinco años se crearon más de dos millones de empleos en todo el país. En el curso del presente quinquenio los peruanos hemos aprendido que no es con una barita mágica o con políticas populistas que crean falsas y efímeras coyunturas de aparente bonanza como se construye un futuro mejor y más seguro para nuestro pueblo, sino con un adecuado manejo de la economía, con grandes y pequeñas inversiones y con obras.Hasta fines de noviembre ya se había contabilizado 135 mil obras correspondientes a grandes y pequeños proyectos realizadas por el Gobierno y se mantiene la meta de culminar el mandato presidencial con 150 mil obras en julio del próximo año. En esta enorme y fructífera tarea, han desempeñado papel preponderante el Gobierno central y la gran mayoría de los gobiernos regionales y las municipalidades de todo el país en un auténtico proceso de descentralización del país que ahora ya es irreversible y deberá perfeccionarse cada día con mayor eficacia.