Pobladores de La Oroya y trabajadores de Doe Run Perú (DRP) demandaron al Ejecutivo una solución inmediata a los problemas que afrontan debido al cierre del complejo metalúrgico y que han convertido al lugar en una ciudad fantasma. "Son 15 meses de paralización de Doe Run y el gobierno solo extiende nuestra agonía, pues dependemos del movimiento económico que genera la empresa", se quejó la presidenta del Comité de Lucha Provincial de La Oroya, Coqui Ríos.