Compañía Minera Milpo evitó todo tipo de conflicto por el agua con la población de Chincha cuando construyó su mina polimetálica Cerro Lindo. La herramienta fue pionera en el sector: invirtió US$2,5 millones en la construcción de una planta desalinizadora capaz de producir 36 litros por segundo de agua tratada, sobrepasando incluso sus propias necesidades (de 18 litros por segundo). De esta manera la mina consiguió agua, y es posible que hasta el día de hoy muchos chinchanos no estén enterados de la existencia de la mina de Milpo.Les fue tan bien, que la empresa ya planea aplicar el mismo esquema para la ampliación de su mina Chapi, en Arequipa, según indica Pedro Maguiña, superintendente de asuntos ambientales de esta compañía. Al igual que en Milpo, en el proyecto de fosfatos de Bayóvar en Piura, la minera Vale decidió no interferir en los acuíferos de la zona optando por desalinizar agua de mar. Nuevamente, la ecuación funcionó: la producción propia de agua es igual a cero problemas.En la actualidad, una tercera mina mira la posibilidad de desalinizar agua y construir una planta de entre US$80 y US$90 millones: Southern Copper, con su proyecto cuprífero Tía María en Arequipa. Sin embargo, esta no fue su primera opción; previamente la empresa pensó abastecerse de las aguas del río Tambo, lo cual inquietó a las comunidades de la cuenca. Hoy, pese a que han indicado que desalinizarán agua, la desconfianza de los agricultores de la zona ya es parte del problema.