CANDIDATOS, NO OCULTEN SUS DATOS ECONÓMICOS
18 de noviembre de 2010

Según información oficial, 15 alcaldes electos en Lima Metropolitana no han cumplido con presentar su balance de ingresos y gastos en la reciente campaña electoral (Gestión 17.11.2010), y existen partidos que han declarado haber gastado en propaganda menos de lo que verdaderamente invirtieron, lo que constituye flagrante violación de la Ley de Partidos Políticos.Por ello, creemos oportuno plantear que se establezcan desde ahora las reglas que hagan realmente transparente la campaña que ha de culminar en abril próximo, cuando se elijan nuevo presidente de la República y congresistas.Los entes electorales, sobre todo el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), deben actuar con prontitud para lograr la modificación de los dispositivos que posibilitan que los candidatos oculten información, para lo cual debe utilizar la presión jurídica y de ser necesario hasta la mediática. En ese sentido, se deben generar los mecanismos legales para obligar a quienes aspiran a ocupar un cargo público a consignar todos los datos que se juzguen necesarios para que la ciudadanía conozca los antecedentes económicos penales y de otra índole de los postulantes, pero también que sea obligatoria la presentación de la declaración jurada de ingresos, bienes, rentas y patrimonio. Recordemos que en el anterior proceso, solo lo hicieron Lourdes Flores y Susana Villarán, y los demás obviaron el trámite simplemente porque no era obligatorio.Entonces, no se trata de que los partidos y los candidatos cumplan con requisitos legales, sino de que actúen ética y moralmente, demostrando que nada tienen que ocultar. Evitemos que se repitan los casos de planes de gobierno plagiados y cargados de contradicciones, hojas de vida incompletas y hasta con datos falsos, y omisiones en las declaraciones financieras de los partidos. La economía del Perú está creciendo, lo que nos da la oportunidad de iniciar la transformación del país para encaminarlo hacia el desarrollo, pero desaprovecharemos este valioso momento si persistimos en mantener usos y costumbres que impidan el establecimiento de un liderazgo político fuerte, capaz de propugnar en los niveles más altos los cambios anhelados.

  • [Gestión,Pág. 30]
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