LA SOMBRA DE CLAE NO HA DESAPARECIDO
4 de noviembre de 2010

El personaje principal de la premiada "Octubre" es un usurero que se las trae. Taciturno y antipático, la manera en que lleva su negocio contradice lo que en teoría significa su nombre: Clemente. Y es que esta actividad ilícita tiene como racionalidad el aprovechamiento de la ingenuidad de las personas y de sus necesidades (muchas veces urgencias) de efectivo. Si el sistema financiero todavía cobra tasas elevadas por el dinero que presta, en especial en los créditos de consumo, quienes operan al margen de la ley suelen sobrepasar con creces cualquier porcentaje aplicado por el sistema formal.La semana pasada, el jefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), Felipe Tam, advirtió que cinco de cada diez peruanos recurren a mecanismos informales de crédito. El funcionario explicó que estas personas llegan a pagar un interés de hasta 10% diario, aunque si hubiesen recurrido a una caja municipal, el interés sería de 40% anual. Lo cierto es que la sombra del infame Centro Latinoamericano de Asesoramiento Empresarial (CLAE) nunca desapareció y la falta de cultura financiera de posiblemente la mayoría de peruanos continúa manteniendo vigente un sistema pernicioso y abusivo, el cual se convierte en doblemente fraudulento si tomamos en cuenta que además de otorgar préstamos, también recibe depósitos, ofreciendo tasas contra las que ningún banco podría competir porque simplemente son insostenibles.La solución parece simple: mejorar sustancialmente la investigación y las acciones punitivas, tarea que obliga a un trabajo en conjunto entre la SBS, el Ministerio Público, la Policía y el Poder Judicial. Pero también es necesario que se realicen campañas de información que promuevan la cultura financiera y la seguridad que ofrecen los bancos y demás empresas reguladas. En este caso, la SBS tendría que contar con el respaldo del sistema formal. La Asociación de Bancos (Asbanc) haría bien en seguir el ejemplo de la Asociación de AFP, que ha implementado una campaña publicitaria en la que se resaltan las bondades del sistema privado de pensiones.Al final de la película, Clemente encuentra un sentido para su vida, pero eso es ficción. Esperemos que los inclementes tengan una suerte distinta en la realidad.

  • [Gestión,Pág. 30]
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