Si el Congreso no decide intervenir, la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) recuperará su razón de ser a partir del año entrante. La ley 29352, que permite a los trabajadores retirar hasta el 30% de esos depósitos este mes, se volverá más estricta a partir de mayo del 2011 ya que solo quienes tengan un saldo equivalente a más de seis remuneraciones brutas podrán acceder al 70% de dicho excedente. Supuestamente, el paso de una disponibilidad relativa a una intangibilidad casi total tenía que ser conocido puesto que la norma fue promulgada en abril del año pasado.El problema es que la difusión de las diferentes características de la mencionada norma ha sido prácticamente nula. Aunque no se dispone de encuestas al respecto, nos atrevemos a afirmar que no deben ser muchos los trabajadores que están al tanto de que ya no podrán utilizar su CTS como un ingreso inmediato. Un indicio de esta apreciación es que apenas el 10% de las cuentas bancarias por dicho concepto supera los mencionados seis sueldos brutos. En suma, solo uno de cada diez trabajadores ha estado guardando pan para mayo.¿Qué hacer para que las presiones que seguramente surgirán no terminen en una prórroga del esquema que rige hasta este mes? El riesgo de que el Congreso se sienta tentado a hacerlo es alto, considerando que muchos parlamentarios buscan ser reelegidos. Al respecto, el papel del Ministerio de Economía y Finanzas será clave.Asumimos que la posición del despacho que ahora está a cargo de Ismael Benavides (respetar los plazos establecidos por la ley) es respaldada por el Ministerio de Trabajo. Así como este portafolio está promoviendo la formalización de las empresas con una campaña publicitaria "reggaetonera", bien podría pensarse en crear otra para comunicar para qué sirve la CTS.Por su parte, los bancos enfrentan el reto de diseñar productos que hagan que los depósitos por CTS sean atractivos. Si se mantienen los plazos de la ley, a partir de mayo próximo estos recursos serán una especie de fondos cautivos, por lo que tendrían que recibir un trato distinto al de simples cuentas de ahorro.