Recientemente Osinergmin recibió el Premio Nacional a la Calidad, convirtiéndose en la primera organización estatal en recibir un galardón dominado por el sector privado. Este tema nos sirvió de excusa para conversar con el gerente general de la empresa, Edwin Quintanilla, sobre el quehacer de esta organización.Teniendo tan altos índices de calidad y eficiencia, ¿cómo es que les pasó un caso como el de la mina Caudalosa en que no se logró prevenir el derrame?El tema de Caudalosa es un asunto aleatorio. El sistema de gestión no es infalible, siempre va a haber problemas. Por ejemplo, puede generarse un apagón y no es porque Osinergmin esté funcionando mal. Nosotros supervisamos a Caudalosa, vimos que una presa estaba mal y la cerramos. Ellos reportaban una producción mensual pero producían más de lo que reportaban y se generó un rebalse. Por eso se les sancionó.Pero el daño está hecho. ¿Cómo miden la eficiencia de la fiscalización de Osinergmin? ¿Por sanciones?Diría que es más por cumplimiento de normas, porque podemos sancionar mucho pero si no mejoran no sirve para nada. En el alumbrado público se llegó a imponer multas anuales por S/.1 millón entre el 2002 y 2005, pero hoy prácticamente no multamos a nadie porque ha mejorado el servicio y está bajo un estándar apropiado, que es el objetivo final de la supervisión.