NO DESCUIDAR LOS INGRESOS POR TRABAJO
20 de octubre de 2010

Un crecimiento económico alto y sostenido debe reducir la pobreza a través del aumento del empleo y del ingreso familiar. La evidencia indica que ello ha estado ocurriendo en el Perú durante esta década, lo cual se refleja en la caída de la pobreza monetaria (desde 55% en el 2001 a 35% en el 2009). La desigual distribución del ingreso también se ha reducido, aunque muy lentamente (el indicador Gini disminuyó de 0.54 a 0.47 entre el 2003 y 2009, pero aún es alto).Sin embargo, en los últimos dos años el ingreso promedio mensual de los trabajadores ha quedado rezagado. Por ejemplo, en Lima ha estado prácticamente estancado e incluso ha disminuido (5.5% en el último trimestre móvil julio-setiembre), sobre todo en el caso de los profesionales. Expertos señalan que esta situación es propia de economías recesadadas, por lo que resulta complicado explicarla. Una hipótesis sería que si bien los ingresos familiares han crecido durante la década, ello parece obedecer más a que uno o más de sus miembros (antes desempleados) accedió al mercado laboral activo, en tanto que la remuneración o salario promedio se mantiene estancada o incluso disminuye en algunos rubros.Asociado a ello estaría la baja calidad del empleo (el subempleo disminuye lentamente y todavía involucra a casi 2 millones solo en Lima), en un contexto de crecimiento descomunal de la oferta educativa superior (universitaria y no universitaria) de dudosa calidad. La mala situación del ingreso promedio mensual por trabajo debe ser peor en provincias, aun cuando algunas se han visto favorecidos por el auge de la agroindustria, la minería y la construcción. Es positivo que el empleo esté aumentando junto con el crecimiento del PBI, pero no hay que descuidar los ingresos por el trabajo o remuneraciones. Para ello se requiere incrementar la productividad laboral a través de una adecuación de la educación superior a las necesidades del mercado y con la promoción de la capacitación laboral por parte de los empleadores. El hecho de que el consumo personal esté creciendo no es indicativo de una mejora de las remuneraciones. El endeudamiento fácil hoy en boga no es saludable para personas cuyo ingreso personal no garantiza que tengan capacidad de pago suficiente.

  • [Gestión,Pág. 30]
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