Finalmente, se va imponiendo la cordura y dejando de lado la absurda demagogia que venía retrasando la segunda etapa del megaproyecto Camisea. Los alcaldes de Chincha (Ica) y Cañete (Lima) entraron en razón y acordaron resolver sus disputas limítrofes.Se supera así una absurda traba para iniciar la construcción de la planta de licuefacción, ubicada en la zona en litigio, que demandará una inversión superior a los US$1.500 millones, con ostensibles beneficiosos para nuestra economía. Hay que felicitar a la Comisión Pro Inversión del Congreso que, tras largos debates, logró conciliar intransigencias de una y otra parte, así como demostrar que el Parlamento puede contribuir con la promoción de la inversión privada, más allá de diferencias e intereses partidarios.La ciudadanía espera que esta muestra de diálogo sea emulada por otros sectores. También que el acuerdo sea aprobado como ley por el pleno del Congreso, fijando plazos e incluyendo las respectivas cláusulas doradas. No debe quedar ninguna duda sobre la seguridad jurídica, presente y futura, de este proyecto.
- [El Comercio,Pág. A 4] /