Los milagros existen. Cuando el reloj marcaba las 22:10 (hora de Perú), emergió la cápsula Fénix 2 de las entrañas del desierto de Atacama con Florencio Ávalos Silva, de 31 años, después de estar 69 días atrapado a 700 metros de profundidad con 32 compañeros en un refugio de la mina San José. Los ojos del mundo eran testigo del inicio de un rescate histórico y la alegría estalló en el campamento Esperanza, en Chile, en todo el orbe.Los familiares de los 33 mineros atrapados veían así esfumarse una pesadilla que parecía eterna desde el 5 de agosto cuando ocurrió el derrumbe en la mina San José -a 807 kilómetros de Santiago- y que hoy se convertía en un hermoso sueño al poder abrazar a sus seres queridos que la tierra les había devuelto.Ávalos fue escogido para salir primero por su habilidad y juventud así como por su experiencia en la mina, ya que trabaja en el sector desde hace 8 años.