El mercado de capitales está demostrando que el ruido generado hace un par de semanas por un banco de inversión foráneo, y magnificado aquí por un ex ministro de Economía, resultó ser sobredimensionado y carente de sustento. La Bolsa de Valores de Lima ha tenido una de sus mejores rachas positivas en meses (ayer cerró en su nivel más alto en dos años y medio) y los montos negociados están superando los promedios habituales. Y las empresas no se quedan atrás ya que han logrado colocar emisiones de deuda a largo plazo con notable suceso. La semana pasada, Interbank colocó US$ 400 millones en bonos a diez años en tanto que el BBVA Banco Continental hizo lo propio con una emisión de US$ 200 millones a 30 años. En ambos casos, las operaciones se realizaron en el mercado internacional y la demanda superó en cinco veces los montos ofertados, lo que refleja el interés que existe entre los inversionistas por títulos peruanos. Incluso el Gobierno está aprovechando esta coyuntura, pues hace dos semanas subastó bonos soberanos por S/. 250 millones.Aunque no es la primera vez que bancos peruanos emiten bonos a largo plazo pues Interbank ya lo ha hecho, lo mismo que el Banco de Crédito (hace un año y al notable plazo de 60 años), lo cierto es que la posición del Perú entre los mercados emergentes continúa mejorando, abriendo así la posibilidad para que más empresas encuentren oportunidades reales de financiamiento en la emisión de valores en el extranjero, al tiempo que el Estado puede seguir reperfilando la deuda pública externa.Se observa entonces que el mercado internacional está valorando la estabilidad de los fundamentos macroeconómicos del país y esa confianza se traduce en la constante reducción del riesgo-país. Al cierre de setiembre, este indicador se había contraído 25.8% con respecto al mismo mes del año pasado y en América Latina solo el de Chile es inferior. En vista de que la campaña electoral por la Presidencia está por iniciarse, los candidatos harían bien en incluir la preservación de la estabilidad económica y la promoción de la iniciativa privada como pilares de sus planes de gobierno. Es la forma más sensata de continuar apuntalando otros indicadores en los que aún existen mejoras pendientes.