Se podría pensar que sobre educación se ha hablado mucho durante este proceso electoral que ha de culminar el domingo 3, pero lo cierto es que se ha profundizado muy poco en un tema clave para el país y su desarrollo, fundamentalmente porque nadie tiene una idea clara sobre el modelo que se usará para posibilitar que más niños y niñas reciban en todo el país mejor instrucción. La municipalización es una alternativa, y aunque los candidatos se han referido a ella, ninguno ha podido especificar cómo la concretará, porque incluso en el gobierno central aún hay dudas que no ha podido resolver.Los postulantes han hablado de evaluación y contratación de profesores, elaboración de programas educativos, intervención del Sutep en el proceso educativo y sobre muchos otros puntos. Sin embargo, también debieron haber advertido que algunos de estos asuntos tendrán que ser pospuestos, simplemente porque en Lima Metropolitana no se ha culminado la aplicación de un plan piloto de municipalización de la educación.Si realmente se quería contribuir con la buena formación de nuestros niños y adolescentes, los candidatos debieron haberse comprometido a respaldar irrestrictamente el desarrollo del plan piloto, para que a partir de su aplicación se pueda determinar qué puntos reforzar o corregir desde el gobierno local, y cuáles desde el gobierno central. El propósito de la municipalización, como dicen los expertos, no es solo asumir el rol burocrático de contratar docentes y pagar remuneraciones, sino el de contextualizar la educación a la realidad de cada una de las localidades donde es impartida. Así, un niño que vive a orillas de un río amazónico no tendrá que recibir el mismo tipo de educación que se le otorgue al que ayuda a criar ovejas en la puna. Para encontrar las especificidades del plan curricular en cada uno de estos casos es clave la intervención del municipio, pues es el organismo de gobierno que más conoce a su gente. Esa disparidad no es así de rotunda en Lima, pues las diferencias de vida no son muchas entre los niños del Rímac y los de La Victoria, o entre los de San Juan de Lurigancho y los de Villa el Salvador. De ahí que en la ciudad capital, el gobierno local podría asumir un pasivo papel de un organismo burocrático si es que el futuro alcalde o alcaldesa no propone ideas creativas de cómo intervenir positivamente en el proceso educativo.