Mientras en el norte del país los proyectos de irrigación contribuyen con aliviar la escasez de agua e incluso se trabaja en ampliar la oferta del recurso con obras como la de Olmos, en el sur los obstáculos para hacer lo propio no pueden ser superados por las autoridades -tal como está ocurriendo con la oposición de las comunidades cusqueñas contra el proyecto Majes Siguas II. El "término medio" entre estas dos realidades es Ica, que afronta el grave riesgo de quedarse sin fuentes de agua dentro de tan solo una década.Y a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de departamentos costeños, en los cuales existen proyectos de irrigación en plena actividad (Chavimochic, Chira Piura, Chinecas o Majes), en Ica nunca se logró poner en marcha ninguna inversión de esa naturaleza, y lo que es peor, los estudios para utilizar agua procedente de la cuenca del Atlántico datan de hace cincuenta años. El único "proyecto" en funcionamiento es un canal que según la leyenda construyó el Inca Pachacútec, hace cerca de seiscientos años.A falta de soluciones integrales para el mediano y largo plazo que hayan merecido alguna atención, lo único que realmente resalta de esta situación es la búsqueda de responsables. Resulta paradójico que se esté tratando de cargar todas las culpas a los agricultores exportadores -como por ejemplo los productores de espárragos- cuando son precisamente estos emprendedores quienes han invertido en la implementación de sistemas de riego tecnificado, los cuales optimizan el uso del recurso.Se sabe que son los pequeños agricultores quienes todavía no han modernizado sus operaciones y en su mayoría continúan utilizando el riego por gravedad; en toda la costa, apenas el 90% de tierras es regado con esta práctica obsoleta. El desconocimiento y la falta de financiamiento para invertir en riego tecnificado, así como tarifas muy bajas que no reflejan el costo real del aprovisionamiento de agua e inducen al desperdicio, son las principales causas del problema. Si a esto añadimos la inexistencia de planes de irrigación futuros, el auge agricultor en Ica tendría fecha de caducidad si el Estado no está dispuesto a buscar soluciones, ya que de momento solo el sector privado exportador está actuando.