El Perú ya no es un mendigo sentado en un banco de oro o por lo menos lo dejará de ser en los próximos años. Y es que de mantener los niveles actuales de producción, las reservas auríferas probadas en el país se agotarían en poco más de tres años, mientras que a la suma de probadas y probables les resta un plazo de vida menor a 11 años. En su investigación, Germán Alarco, economista de Centrum Católica, fija la proyección de vida de los principales metales que se producen en el Perú, tras contrastar información del propio Ministerio de Energía y Minas (MEM) y del Servicio de Geología de los Estados Unidos. Así, tenemos que la producción de las reservas probadas de zinc no superaría los seis años y medio de vida, mientras que las de estaño a duras penas sobrepasarían los siete años. Un caso distinto es el de las reservas probadas de plata y cobre que sí superarían los 17 y 35 años de vida, respectivamente. Lo más preocupante en el caso del oro es que solo este metal representa casi la tercera parte de las exportaciones totales del Perú, mientras que las exportaciones mineras en su conjunto significan poco más del 60% de lo que exporta el país al resto del mundo. Es decir, una posible escasez impactaría significativamente en el Producto Bruto Interno (PBI) nacional.