Buena reacción de la Confiep que ha hecho suya la propuesta lanzada semanas atrás desde este espacio, para que el sector público se alinee también con las exigencias impuestas al sector privado en el sietemesino Código de Consumo, en lo que respecta al famoso libro de reclamaciones, que aún carece de reglamento.Pero era lo más lógico. ¿Quién abusa más de los consumidores?, ¿qué servicios son los más reclamados?, ¿acaso no vemos a diario miles de peruanos que son maltratados en postas, centros de salud, hospitales, comisarias, colegios, ministerios y otras entidades públicas?, ¿quién los defiende?, ¿si el gobierno está convencido que un libro de reclamaciones es el mecanismo de denuncia más efectivo, porqué no incorporar al Estado en todas sus formas para que también lo implemente, así como sus efectos sancionatorios?Resulta extraño que aquellos que supuestamente defienden a los consumidores no hayan cogido este planteamiento a pesar de las continuas exigencias. ¿Es que tal vez da más rédito denunciar a una empresa privada que a una pública? No quiero pensar mal. Pero, más allá de este detalle, vuelvo a reiterar mi agradecimiento a la Confiep por tomar esta bandera de lucha de los consumidores que viven en carne propia los abusos de un Estado que se resiste a servir adecuadamente y con la prontitud del caso.Sólo espero que las sanciones a funcionarios públicos que maltratan a los ciudadanos sean efectivas y ejemplarizadoras, porque, como siempre he advertido, el Perú es un excelente fabricante de leyes que quedan impregnadas en el papel, mientras la injusticia campea y el abuso manda, señaló José Luis Patiño.