Dos años después de que el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) advirtiera que los relaves acumulados en las faldas del cerro Tamboraque caerían sobre la Carretera Central y el río Rímac, debido al desplazamiento de una masa de tierra, por fin se estaría cerca de encontrar una solución. El Indeci había señalado que era necesario trasladar los relaves del cerro, situado a 90 kilómetros de Lima. Recién ahora esto parece posible, ya que la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) indicó que se ha logrado un entendimiento entre las partes enfrentadas por este asunto: la Compañía Minera San Juan (CMSJ) y los pobladores de las zonas cercanas a la quebrada Chinchán, en el distrito de Chicla (Huarochirí).Ese conflicto se originó en el 2008, cuando la minera, responsable de los relaves, decidió reubicar los desechos en la margen derecha de la quebrada Chinchán. Esa operación fue autorizada por el Ministerio de Energía y Minas, tras aprobar un estudio de impacto ambiental, ya que no existe población en un radio de menos de dos kilómetros.Pese a este permiso y a que la minera había logrado que le cedieran un terreno para depositar los relaves, el alcalde de Chicla, Julio Félix, construyó en marzo del 2008 un reservorio de agua en esa misma zona.