Camisea ha sido el proyecto empresarial integrado más importante de la historia del Perú. Sin embargo, más allá de cualquier móvil político detrás del último paro en La Convención, este evidencia que el país aún tiene muchas cosas por aprender si quiere canalizar más emprendimientos de esta magnitud.Cerca de US$1.130 millones fueron transferidos a los gobiernos regionales de la zona de influencia de Camisea en su primer lustro (2004-2009). ¿Por qué no se invirtieron bien? Porque no se emprendió en paralelo un plan igual de ambicioso que la inversión misma para reforzar a los gobiernos regionales.¿Acaso nadie pensó que tarde o temprano se iba a levantar el Cusco por no recibir el gas barato que se extraía de su subsuelo? Abastecer de GLP competitivo a La Convención tal vez era menos rentable que otras alternativas de inversión, pero pudo haberse hecho con una lógica de responsabilidad social. Camisea tiene décadas de potencial por delante. ¿Pero alguien se está preocupando por generar otra fuente de riqueza sostenible en La Convención que sustituya al gas cuando este se acabe?