Más de lo mismo, por favor, piden los economistas y empresarios. O cuando menos, nada de giros drásticos, sugieren quienes se sienten satisfechos, no solo con el discurso pronunciado por Alan García el pasado 28 de julio, sino con la política económica mantenida durante los últimos 20 años. Luego de escucharlo afirmar que "tal vez solo dos o tres países del mundo podrían decir, como el Perú, que han tenido en los últimos cinco años un promedio anual del crecimiento del 6,5%", difícilmente surgen críticas de fondo ante la gestión macroeconómica ejecutada. Sin embargo, las voces discrepantes sí existen y apuntan contra lo que se ha hecho, se ha dejado de hacer y se hará para incrementar los ingresos tributarios y redistribuir la riqueza en el ámbito regional.Para Briceño no es una utopía lograr eficiencia en el gasto público y dejar de ser un país desarticulado. A su entender, este año el Gobierno debería trabajar en esos mecanismos necesarios para que sea efectiva la descentralización. De esa manera, explica, se podrán concretar los proyectos de inversión faltantes y se combatiría el desbalance en la distribución de la riqueza.