Apesar del retiro parcial del estímulo económico tanto fiscal como monetario la economía prácticamente ya recuperó el ritmo de crecimiento previo a la crisis mundial y todo indica que esta tendencia se consolidará y hará sostenible. Tan es así que las proyecciones para este año se siguen revisando al alza. El MEF ya anunció que podría elevar su pronóstico a más de 6% (de 5.5%); el BCR ya lo hizo a 6.6% y el consenso de analistas del Latin Focus Consesus a 6.4% (de 5.7%). Aún cuando este dinamismo de la economía nacional ocurre en un contexto en el que la inflación está bajo control y no hay presiones de demanda sobre los precios, el presidente del BCR reconoció que uno de los riesgos que existen es que se continúe creciendo al mismo ritmo que venimos teniendo y eso lleve a que "la inflación se desate", lo cual todavía no ocurre.Dado que el alto crecimiento actual del PBI va más allá del "rebote estadístico" que se observa en los últimos meses y viene siendo liderado por la demanda interna, en particular por el gasto privado (inversión y consumo), parece haber llegado la hora de apurar el retorno a una política económica (fiscal y monetaria) más neutral. Como existen complicaciones en el manejo de la política económica (sobre todo la monetaria) que genera el todavía elevado nivel de dolarización de la economía, ello obliga a una coordinación muy estrecha entre el BCR y el MEF para encaminarse ambas a una política menos procíclica, lo que al parecer se está intensificando a raíz del último ataque especulativo al nuevo sol.Pero las presiones políticas, azuzadas en un período electoral que durará un año, harán difícil lograr ese cometido, pudiendo por ello producirse un recalentamiento de la economía. Sería aconsejable un acuerdo entre los grupos políticos responsables para evitar esta posibilidad. No debe olvidarse que el riesgo de una nueva crisis externa está latente, por lo que se debería restituir lo más pronto posible el ahorro fiscal que se tenía previo a la crisis mundial. De lo contrario, como antaño, la crisis nos tomará sin recursos para enfrentarla. Los gobiernos regionales y locales, que concentran el 70% del gasto en inversiones, también tienen la obligación de ser prudentes y no malgastar los recursos en obras de típico tinte electorero. Cuidado con la farra electoral.