Los usuarios residenciales e industriales de Lima venían pagando, desde mayo, un aumento de 2% en las tarifas del servicio de agua, pero Sedapal había mostrado su disconformidad pues consideraba que el alza debió ser de un 10.26% a fin de poder ejecutar sus inversiones.Así, Sedapal impugnó ese incremento establecido por la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), la cual en junio declaró fundado en parte el recurso de reconsideración por lo que decidió elevar de 2% a 3.2% las tarifas para este año.Desde esa fecha Sedapal no se había vuelto a pronunciar, por lo que en la Sunass pensaron que el asunto quedaba solucionado, sin embargo, se equivocaron.