Southern reanudó el diálogo con representantes de la provincia de Islay para llevar adelante el proyecto cuprífero de Tía María, confirmó el ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez. El retorno al diálogo ya se había anticipado la semana pasada.Las discusiones entre Southern Copper y las comunidades se retrasaron por varios meses, en medio de protestas de agricultores, que temen que el proyecto, valuado en US$ 934 millones, afecte el agua de la zona.Ahora los pobladores y el Gobierno revisarán durante 90 días el estudio de impacto ambiental preparado por la compañía. Ante el rechazo de las comunidades a la utilización de las aguas de dos ríos, la empresa debió inclinarse por la opción más costosa: una planta desalinizadora para el proyecto. El tema de la planta desalinizadora "ya está definido", agregó el ministro. El CEO de la empresa, Oscar González, considera que si bien es viable, significará mayores inversiones y costos operativos, así como menores ingresos mineros para la zona.
- [Gestión,Pág. 10] /