La crisis energética que surgió el 2008 en el país, debido a que la capacidad del tubo que trae gas desde Camisea a Lima estaba saturada y había problemas para atender la alta demanda de las generadoras térmicas (pues, el notable crecimiento económico que se registraba superaba todas sus expectativas), llevó al gobierno a replantear a las empresas comprometidas con la producción, el transporte y la exportación de gas, la posibilidad de renegociar algunos aspectos de los contratos acordados con el Estado. Todo para que el gas del Lote 88 (pionero de Camisea) garantice plenamente el abastecimiento al país.Al respecto, el ministro de Energía y Minas (MEM), Pedro Sánchez, dijo a Correo que todas las negociaciones llevaron a acordar un Plan de Acción, que entre otros puntos estableció que la producción del Lote 88 sería totalmente para el mercado local en los próximos 5 años, dejando el Lote 56 para la exportación. Dijo que en este ir y venir, Repsol, operadora del Lote 57, envió una carta para negociar que su producción se vaya a la exportación y dejar el 88 para los peruanos. Señaló que entre febrero del 2008, cuando se recibió la carta, hasta octubre del 2008, cuando asumió el cargo, no hay indicios de que se haya negociado algo de la carta, precisando que la empresa subrayó que todo sería en el marco de respeto del contrato respectivo.