Hasta hace tres años la mayoría de madres de la comunidad de Ancoracá en Caraz, Áncash, no conocía la importancia de acudir a sus controles prenatales e incorporar alimentos sólidos con alto contenido de hierro cuando sus hijos dejaban la lactancia exclusiva. En otras palabras, la falta de educación en temas de nutrición, salud e higiene hacía que muchas mujeres mantuvieran prácticas que generaban desnutrición crónica en sus niños o que presentaran enfermedades diarreicas y respiratorias.Luego de analizar este problema, en el 2007, el Fondo Minero Antamina diseñó el proyecto Ally Micuy (frase en quechua que significa "buen alimento"), que busca reducir la desnutrición crónica y la anemia infantil."No es fácil lograr este objetivo, pero poco a poco las madres gestantes o que tienen hijos menores de tres meses aprenden por imitación", asegura Esther Chávez Ramírez, educadora comunal en nutrición de Ancoracá. Ella es una madre que ha sido capacitada por Cáritas para enseñar al resto de sus compañeras todo lo que sabe.