No es casual la presencia en Lima de la comisaria para Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Benita Ferrero-Waldner. La canciller de la UE llegó al Perú dos días antes de que se inicie la cita cumbre de la Comunidad Andina, donde todo indica que se plasmará un nuevo enfoque (de los países productores de hoja de coca) para la lucha contra las drogas. Este cambio de los países andinos implicaría un mayor acercamiento a la política europea que impulsa el desarrollo alternativo y se alejaría --sin dejarla de lado totalmente-- de la estadounidense, cuyo énfasis está en la interdicción (prohibición total) y erradicación forzosa de los cultivos de hoja de coca.Este "punto de inflexión", como lo han llamado algunos diplomáticos consultados por El Comercio, quedará plasmado --si todo sale como se ha previsto-- este lunes en el Acta de Lima que suscribirán los cinco presidentes de la Comunidad Andina."Habrá un reenfoque de la lucha contra las drogas que se focalizará en la superación de la pobreza en la zona del narcotráfico", explicó una fuente de alto nivel. Añadió que se busca quitarle el sesgo persecutorio y poner el énfasis en la cohesión social; es decir, hacer una sociedad más integrada. Esto incluiría, por ejemplo, que los campesinos cocaleros entren a la economía formal.