"Prohibido pescar en el río", reza un aviso colocado a la entrada del distrito de Huachocolpa, provincia de Huancavelica. Desde el pasado sábado 26, cuando se produjo el desborde de los relaves de la minera Caudalosa Chica hacia los ríos de la zona, este cartel suena a ironía. El río Totora Pampa, también conocido como Huachocolpa, ya no tiene truchas. Sus afluentes más próximos, Escalera y Opamayo, tampoco. Los desechos tóxicos se han extendido a lo largo del cauce de esos tres ríos, que en total suman 70 kilómetros. Ayer, en vez de aguas claras, en las que abundaban truchas, que eran el sustento de gran parte de la población local, solo se observaba residuos de color rojizo y plomo a lo largo de los pueblos de los distritos de Huachocolpa (provincia de Huancavelica) y Lircay (Tayacaja). Lo más grave es que Huachocolpa, Escalera y Opamayo van a parar al río Urubamba y al Mantaro. Este último llega al río Amazonas por el Ucayali.