Mientras el mundo entero continúa ampliando su consumo de energías de fuentes renovables, el Perú sigue insistiendo en una matriz energética que privilegia el uso del petróleo y el gas, que generan altos niveles de contaminación y un peligroso riesgo ambiental. De otra manera no se explica el gran esfuerzo desplegado por el Gobierno para otorgar extensas y numerosas áreas de exploración de hidrocarburos en todo el Perú -incluso en el zócalo continental-, mientras que avanza a pasos muy lentos el desarrollo de las llamadas energías renovables, como la proveniente de la fuerza de los vientos (eólica) y la solar.Aunque se ha dado el primer paso con la publicación de los lineamientos de política energética 2010-2040, el Gobierno no puede perder de vista las prioridades del país en materia de cambio de matriz energética. Por ejemplo, debe promover en el corto plazo la sustitución del carbón de piedra, por ser un combustible perjudicial para el ambiente y generador de los llamados gases de invernadero. Cabe recordar que el 5% de la energía que consume el Perú proviene de ese combustible fósil. Por todo esto, el cambio de la matriz energética debe ser considerado una política de Estado y no solo responsabilidad del gobierno de turno.