La televisión del Cusco emitió ayer un spot que intentó apaciguar los ánimos en esa región. "Tenemos 13,18 millones de pies cúbicos de reservas probadas del gas de Camisea. El consumo interno está asegurado y nos sobra gas para exportarlo", decía la publicidad contratada por el Ministerio de Energía y Minas. Esto no evitó que miles de cusqueños se sumaran al primer día de paro de la macrorregión sur en contra de la exportación del gas de Camisea. Por la mañana, la gran mayoría de comercios e instituciones cerró sus puertas en la zona urbana del Cusco. Las clases escolares se suspendieron y el transporte público y privado no operó. Las tres carreteras de acceso al Cusco fueron bloqueadas, por lo que cientos de turistas no pudieron llegar a la ciudad. También se interrumpió la vía a Quillabamba y Sicuani, así como el servicio de tren hacia Machu Picchu. Este último tampoco operará hoy, por lo que unos 4.000 turistas deben cambiar su fecha de visita a la ciudadela inca. Los vuelos y las operaciones en el aeropuerto Velasco Astete no fueron afectados, pero los más de mil pasajeros que llegaron a este terminal aéreo encontraron en Cusco un clima tenso. Incluso un grupo de ellos tuvo que ser trasladado en ómnibus de la policía, con el resguardo de patrulleros. El general PNP César Romero, jefe departamental de la policía, calificó la protesta de ayer de pacífica, excepto por la toma de la gobernación en la ciudad de Espinar. A esta última provincia y a La Convención -cuna del gas de Camisea- se han enviado refuerzos policiales, pues el paro continúa hoy.