Tal como lo hizo en la víspera el presidente Alan García, el primer ministro, Javier Velásquez, lanzó una severa advertencia a los trabajadores de Doe Run, que iniciaron el lunes un paro indefinido, al asegurar que al Gobierno no le "temblará la mano" para imponer su autoridad y aplicarles "todo el peso de la ley" si persisten en su intención de causar desmanes e impedir el tránsito vehicular en perjuicio de cientos de ciudadanos.A su salida del Congreso de la República, Velásquez sostuvo que los trabajadores tienen derecho a paralizar sus actividades, pero hizo hincapié también en que no por eso puede tomar las vías públicas, impedir el libre tránsito y originar el caos.