Hasta aquí llegó. Una historia de seis años de incumplimientos ha caracterizado a la empresa estadounidense Doe Run que, lejos de buscar una salida financiera adecuada para desarrollar los proyectos ambientales, estaría a punto de desencadenar el fin del proyecto metalúrgico de La Oroya. Ayer, el presidente Alan García expresó su preocupación y aseveró que una compañía que ha incumplido con su Programa de Adecuación Medio Ambiental (PAMA) y con otros compromisos "no nos puede poner contra la pared". En tanto, a 185 kilómetros de Lima, en La Oroya, unos 3,500 trabajadores de Doe Run iniciaron un paro indefinido, lo que llevó a que se paralizará el 100% la actividad comercial y educativa de la zona. La Carretera Central fue bloqueada desde la madrugada, pero luego la Policía despejó la vía, el tránsito se regularizó a lo largo del día y hubo dos manifestantes heridos. Según el Gobierno, la propia empresa ha impulsado esta medida de fuerza con el objetivo de lograr más contemplaciones.