Las autoridades regionales y municipales que buscan ser reelegidas tienen una clara ventaja sobre sus contrincantes: pueden hacer uso de los recursos que sus jurisdicciones perciben, principalmente mediante las transferencias que realiza el Gobierno Nacional, es decir, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Ese dinero no se puede utilizar para financiar la parafernalia propia de una campaña electoral -porque está prohibido-, pero el incremento de las obras y la proliferación de carteles destacándolas es prueba más que elocuente de esas intenciones electoreras.Basta darse una vuelta por Lima para verificar esta premisa. Y lo mismo sucede en el resto del país. Las cifras oficiales también arrojan un incremento en el gasto de los gobiernos regionales y municipales. Según el Banco Central de Reserva (BCR), entre enero y abril de este año, el gasto de capital de los gobiernos regionales aumentó 39% con respecto al mismo periodo del 2009, pasando de S/. 688 millones a S/. 956 millones. La misma tendencia se observa en el gasto de capital de los municipios, que pasó de S/. 1,776 millones a S/. 2,064 millones.Podría intentarse explicar que estos incrementos son el resultado de una repentina mejora en la capacidad de gasto de estas instancias de gobierno, pero lo más probable es que el aumento de la inversión pública responda a intereses enfocados en influir en lo que los electores decidirán el próximo 3 de octubre. Sin embargo, lo más peligroso no es el aumento del gasto de capital, ya que el MEF podría tomar la decisión de reducir la velocidad de sus transferencias, invocando la austeridad que se ha propuesto aplicar en su política fiscal.El riesgo mayor es el anuncio de grandes obras futuras -una receta muy efectiva en tiempos de elecciones-. Afortunadamente, el MEF se ha curado en salud y ha resuelto, dentro del Marco Macroeconómico Multianual 2011-2013, que formulará un presupuesto austero para el 2011, "el cual tiene como objetivo no generar mayores gastos permanentes que afecten futuras administraciones". Esperemos que los gobiernos regionales y municipales, así como el propio Gobierno Nacional, tomen nota y se abstengan de prometer elefantes blancos con la intención de ganar votos.