Destacar los logros es justo y necesario porque de esa manera se refuerzan las expectativas positivas. Pero se debe evitar caer en triunfalismos y en querer destacar solo lo positivo minimizando aspectos que no favorecen, como, al parecer, está ocurriendo con algunas dependencias del Estado. Por ejemplo, cuando el indicador de desnutrición crónica infantil disminuye, eso se destaca y pone en relieve como un logro (y lo es); pero cuando el déficit calórico se incrementa entre el 2007 y el 2009, entonces se argumenta que debido a limitaciones metodológicas en su cálculo, este indicador debe ser considerado como referencial. Es sabido que en series temporales de indicadores como este, en caso de haber un sesgo, al ser corregido este no cambia la tendencia. Y esta última dice que el déficit calórico aumentó en el referido período. Lo paradójico es que cuando en el caso de la desnutrición crónica infantil, al aplicarse un método de medición mejorado por la Organización Mundial de la Salud, esta resulta mayor en varios puntos al indicador tradicional del INEI, ahí sí se acude a la tendencia (que efectivamente muestra una disminución cualquiera sea el índice usado). Habría que guardar más coherencia. Otro caso. Cuando en el Marco Macroeconómico Multianual 2011-2013 se destaca que el crecimiento del PBI en los últimos años ha sido pro pobre (y lo ha sido), se enfatiza más el elevado aumento porcentual que han tenido los ingresos de los sectores más pobres (84%) frente al más rico (18%), pero no que el monto absoluto del ingreso (que no se precisa) de los más ricos sigue siendo cinco o seis veces mayor, ni que la inequidad se mantiene muy alta. Esperemos que no sea el caso del BCR, pero llama la atención que desde julio del año pasado en sus informes sobre liquidez y crédito haya dejado de mostrar los gráficos que indicaban la variación anual de dichas variables y en su lugar presenta gráficos de las mismas variables desestacionalizadas que indican la variación mensual y ya no gran caída que se veía en términos anuales. En el caso de la liquidez, en julio del 2009 (último gráfico con variaciones anualizadas) se observaba que, en soles, esta había caído de tasas mayores a 55% (abril del 2008) a 6.6% en julio. Los aspectos flacos o en los que hace falta mejorar deben ser lo que más llamen nuestra atención, precisamente para corregirlos.