Durante estos días hemos celebrado los primeros 25 años de la Confiep. Que este aniversario coincida con uno de los mejores momentos de nuestra economía no es casualidad, el "gremio de gremios" ha defendido consistentemente un manejo responsable de nuestras finanzas públicas, ha interactuado con el Estado para implementar políticas eficaces y ha promovido activamente la apertura comercial, convencidos de que la economía de mercado y la libre empresa son claves para el progreso, el empleo de calidad y la modernización de nuestro país. La actividad empresarial y el crecimiento económico van de la mano y este primer cuarto de siglo de la Confiep es buena prueba de ello.Cuando preparábamos el homenaje que rendimos a los presidentes de la Confiep hace unas semanas y la reunión donde presentamos nuestra nueva identidad el pasado 26, nos llamó la atención cuántas caras se repetían. Muchos de los empresarios que han participado en nuestra organización siguen, de hecho, colaborando activamente con nosotros. Sin duda, es realmente destacable que estas personas hayan dedicado tanto tiempo, recursos y esfuerzos durante más de dos décadas a la vida gremial, pero también es síntoma de que, a pesar de todos nuestros logros y de la importancia que ha tenido nuestra función, no hemos conseguido acercar lo suficiente a los jóvenes y conseguir que se involucren activamente en nuestras organizaciones.La nueva generación de empresarios, que incluye desde el emprendedor hasta el que está haciendo carrera en una gran multinacional es, probablemente, la generación de peruanos mejor preparada de hace décadas. Valores como la responsabilidad social o la ética empresarial son, en muchos de ellos, parte de su ADN y están casi tan familiarizados con las nuevas tecnologías como los considerados "nativos digitales". Son, además, ciudadanos del mundo, que sin perder su identidad y arraigo, se sienten cómodos en esta realidad globalizada. Si no conseguimos, por tanto, incorporarlos a los gremios y que participen en ellos activamente, estaremos desaprovechando un potencial extraordinario para renovar nuestras organizaciones y conectar mejor con la sociedad. De la misma manera que como empresarios nos preocupamos por el talento en nuestras compañías, debemos hacer lo mismo con nuestros gremios y convertirlos en más atractivos para estos jóvenes líderes. La combinación de estas incorporaciones con la experiencia de quienes no somos tan jóvenes nos convertirá en verdaderamente representativos de la realidad empresarial de hoy y nos permitirá trabajar en proyectos y propuestas de largo plazo, sabiendo que contamos con el compromiso de quienes las van a llevar a cabo en un futuro no tan lejano. En la Confiep hemos comenzado renovando nuestra identidad, haciéndola más moderna e innovadora, para que represente mejor lo que somos hoy y, sobre todo, de lo que queremos ser. Por eso tenemos un logotipo abierto, que nace del Perú y se convierte en la C de Confiep y que tiene versiones en varios colores, para reflejar toda la diversidad de nuestro país.Pero la nueva marca de Confiep es únicamente una demostración visual del esfuerzo que estamos haciendo para motivar a los jóvenes empresarios a unirse a nuestras iniciativas y gremios. Por ejemplo, estamos mucho más presentes en provincias y trabajando de la mano de las cámaras, para que ellas sean las cunas de los líderes gremiales del futuro. En los congresos descentralizados que está celebrando Confiep —ya hemos estado en Cusco, Huancayo y Trujillo— sentimos el impulso e ímpetu del crecimiento en regiones, en muchas ocasiones con protagonistas que apenas superan la treintena.Además, queremos establecer nuevas formas de comunicación y diálogo, aprovechando que gracias a las telecomunicaciones tenemos cada vez una mayor penetración de Internet en todo el país.Sin embargo, la clave está en que nosotros, los que hoy tenemos el honor de presidir un gremio o participar en sus directivas, abramos el camino y, mientras ejercemos nuestras funciones, nos aseguremos de que vamos implicando a gente nueva en todas las actividades de cada organización, desde los comités que organizan actividades hasta los grupos de trabajo que analizan propuestas y proyectos.Escuchemos a los jóvenes y hagámoslos partícipes. Aprovechemos su capacidad y potencial para tener organizaciones más fuertes, más cercanas a la sociedad, más plurales y más solidarias. Tengamos la valentía de ser cuestionados y la generosidad de compartir nuestras experiencias. Estos no son los empresarios del futuro. Son los empresarios de hoy. Todos lo somos, señala Ricardo Briceño, presidente de la Confiep.(Edición sábado).